Me senté cerca para poder observarla bien, me fijé en sus ojos color miel, en la delicadeza con la que pasaba las hojas, en su forma de pestañear a través de sus gafas, incluso podía percibir su perfume ligero y afrutado que me encantaba... era como estar en la escena de una película donde el tiempo no pasaba.
Desde aquél día supe que conocí al amor...y que sin duda alguna tiene nombre de mujer.
Sigo yendo a diario aquella cafetería por si ella vuelve...
Pero no la he vuelto a ver...

No hay comentarios:
Publicar un comentario