miércoles, 7 de agosto de 2013

Desde aquél día supe que conocí al amor...

Nunca sabes donde puedes conocer al amor, tal vez en un tren, en una biblioteca, o tomando un café. Y así fue, entré en aquella cafetería y la vi... Allí estaba ella sumergida en su libro, mientras tomaba aquel café... 
Me senté cerca para poder observarla bien, me fijé en sus ojos color miel, en la delicadeza con la que pasaba las hojas, en su forma de pestañear a través de sus gafas, incluso podía percibir su perfume ligero y afrutado que me encantaba... era como estar en la escena de una película donde el tiempo no pasaba. 
Desde aquél día supe que conocí al amor...y que sin duda alguna tiene nombre de mujer.

Sigo yendo a diario aquella cafetería por si ella vuelve...


Pero no la he vuelto a ver...
                                                                                                                                   




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