Vi luz y entré, dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana y desde el primer día que me hablaste vi en ti esa ventana, abierta de par en par, llena de luz, con vistas al mar, y aun con mis inseguridades y nefastos miedos me hice la fuerte y me decidí a entrar.
tras esa ventana habia el jardin más bonito habido y por haber y tú, sin ninguna duda, eras la flor más preciosa de todas. Me prendé de ti, queriéndote contemplar a cada momento, queriendo saber tus gustos, tus aficiones, tus manías y tus miedos... y cada día necesitaba de tu aroma para sentirme llena, fuerte y con ganas de seguir...
mucha gente me decía que por que en vez de ser yo la que fuera cada día a verte no te arrancaba del jardín y te traía junto a mi... seguro que en otra ocasión yo también pensaría igual que todos los demás pero... si me llevaba a mi flor yo sería la culpable de estropear todo el jardín, y no quería eso por nada del mundo. pues hay veces que tenemos que aprender a admirar las cosas desde otras perspectivas y no cambiar su paisaje, y con eso que ella me daba ya me sentía plena y feliz, no pedía nada más...
Pero por desgracia las cosas más bonitas de la vida son de corta duración, y yo lo sabía...por eso intenté cuidar toda esa amistad que tu me diste a probar. Sé que todo esto no será mas que el principio del fin, por eso quiero darte las gracias por cuidar todo este tiempo de mi, de alejar mis miedos y hacerme sonreír (ya sabes lo que me cuesta!)
En fin, gracias por haber encendido aquel día la luz y dejarte conocer,no dudes ni un momento que lo volvería hacer...